Un estudio de la UGR sobre la atención al final de la vida en residencias de mayores durante la pandemia de COVID-19 revela inadecuados recursos humanos, materiales y formativos

Una investigación liderada por la Universidad de Granada sobre la atención al final de la vida en las residencias de mayores durante la pandemia de COVID-19 revela que los recursos humanos, materiales y formativos fueron inadecuados.
El objetivo de la investigación fue describir cómo la pandemia de COVID-19 afectó a las residencias de mayores y centros de atención primaria vinculados a las mismas.
Los resultados de este trabajo son novedosos porque, aunque se ha hablado mucho al respecto, son pocos los estudios que narran cómo los profesionales han vivido en primera persona la atención al final de la vida en un contexto tan castigado como las residencias de mayores durante las primeras olas de la pandemia. El artículo aporta testimonios concretos de la experiencia de los trabajadores de centros de mayores, que traspasó los límites de lo que hasta ese momento conocían como su actuación profesional
Los profesionales de las residencias de mayores que participaron en esta investigación trasladaron sentimientos de impotencia, abandono y deshumanización
Los investigadores llevaron a cabo 20 entrevistas a profesionales, 13 de residencias de mayores de Granada y Jaén, y 7 enfermeras de centros de salud de referencia de estas, que trabajaron en los centros entre marzo y noviembre de 2020, coincidiendo con las primeras olas de la pandemia.
Los resultados muestran que la pandemia del COVID ha revelado múltiples carencias previas en la atención al final de la vida en residencias de mayores:
Con respecto a la información, las necesidades de información de los residentes no fueron satisfechas. Los profesionales emplearon las tecnologías (móvil, videoconferencia) para comunicarse con los familiares de los residentes que demandaban constantemente información. En algunos casos, fueron profesionales no habituales o que no prestaban atención directa a los pacientes los encargados de proporcionar información, con las limitaciones que esto conlleva.
Tampoco se llevó a cabo toma anticipada de decisiones como tal, sino que las decisiones estuvieron vinculada únicamente al traslado del residente al hospital. Muchos profesionales se lamentan de que en la toma de decisiones no se tuvo en cuenta suficientemente las opiniones de los residentes.
El estudio de la UGR también refleja que se llevaron a cabo medidas para permitir a los familiares de los residentes pasar los últimos momentos de vida con ellos, a veces incluso en contra de las férreas restricciones impuestas en las residencias. Los profesionales de este estudio manifiestan como prevén la aparición de un duelo complicado en aquellos casos en los que no existió despedida.
La derivación de los casos complejos a servicios especializados de cuidados paliativos dependió de la coordinación entre los centros de atención primaria y las residencias. Mientras que unos centros manifestaron su satisfacción al respecto, otros profesionales se sintieron abandonados por las instituciones sanitarias.
En general, los profesionales entrevistados en este trabajo trasladan sentimientos de impotencia, abandono y deshumanización. Los autores concluyen que se precisan mayores recursos humanos, materiales y formación específica en cuidados paliativos en residencias de mayores.