5 de marzo de 2023
Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
A la gente de bien real
Ley contra la Violencia de género en 2004, Ley del Aborto en 1985 con sus posterior reforma y ampliación en 2010 y la actual Ley de plazos del aborto en 2023, legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005. España ha sido un referente mundial en cuanto a la aprobación de derechos y libertades sociales, estas son algunas de las más destacadas, pero podemos mencionar otras muchas.
El pasado martes 28 de febrero nuestro país se volvía a poner a la vanguardia en avances sociales con la publicación en el Boletín Oficial de Estado de la denominada “Ley Trans”. Una ley que, como las enumeradas anteriormente, levanta ampollas en ciertos sectores políticos y sociales que se oponen al progreso y a que todas las personas sean como ellas se sientan. Se opusieron en 1985, votaron en contra en 2005, también lo hicieron en 2010 y vuelven a hacerlo en 2023. A pesar de todo ello, hasta quienes rechazan e incluso recurren la aprobación de estas leyes hacen uso de las mismas. Eso es lo bueno de cualquier derecho y libertad que se admita; no son obligaciones ni imposiciones a nadie, simplemente es el reconocimiento para que cada persona que lo necesite se acoja a él, hasta quienes en un momento dado votaron en contra.
Alrededor de la “Ley Trans” se han ido difundiendo bulos interesadamente, algo a lo que ya nos vamos acostumbrando, para ridiculizar una ley que puede ayudar a muchas personas en un camino que ya de por sí no es nada fácil. La mayoría de estos bulos van encaminados a atacar principalmente una de las medidas de esta ley, la autodeterminación de género. No sé si quienes banalizan con el cambio de sexo legal en el registro civil lo hacen por interés, desconocimiento o ignorancia como si fuera un juego infantil que un niño o niña decida cambiarse de sexo con todo lo que conlleva este proceso, lo que sí sé es que detrás de ellos se esconde un odio que hace mucho daño. A ellos, sobre todo, es a quienes va dirigida esta ley para hacérselo algo más fácil.
En paralelo a la aprobación y la entrada en vigor de esta conocíamos como un niño trans de doce años que quería llamarse Iván se suicidó por un posible caso de acoso por su intención de cambiarse de sexo. Su hermana, que le acompañó en el acto, se encuentra hospitalizada.
Mientras tanto, el líder del Partido Popular echó en cara al Presidente del Gobierno que dejara de molestar a la gente bien en relación a la convalidación de la “Ley Trans”, una vez más se erigió en portavoz de la que él considera la “gente de bien”. Sin embargo, estoy seguro de que a la gente de bien real le preocupa más acabar con casos de transfobia como el de Iván que el reconocimiento de una ley que simplemente hace la vida un poco más fácil a muchas personas.