4 de diciembre de 2023
Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
Esperando el futuro
Sillas vacías, ajetreo de comida y regalos, reencuentros, música y palmas, mantecados, turrones, luces y compras a última hora. En esto y mucho más podríamos resumir la Navidad, unas fechas en las que los pueblos recuperan temporalmente a la gente, a su gente, que voluntaria o forzosamente tuvieron que abandonar su familia en busca de oportunidades que en su tierra difícilmente encontrarían.
Ya no nos son extrañas las imágenes en los telediarios cada Navidad de los abrazos entre hijos y padres o nietos y abuelos en su vuelta desde Alemania, Inglaterra u otro lugar. O todos conocemos a alguien que en esta fecha vuelve a nuestro municipio desde otro lugar de nuestro país. Unas imágenes bonitas y emotivas que esconden una realidad mucho menos agradable.
Esa realidad, como digo, es la de quienes un día estudiaron y se formaron aquí, pero no encontraron eso para lo que se habían preparado en esos años y tuvieron que salir en busca de un futuro todavía incierto. Este éxodo de jóvenes preparados desde los pueblos hacia las ciudades o a otros pueblos más desarrollados comenzó hace ya varios años, pero todavía no se ha conseguido detener.
Nuestro municipio es un caso muy notable y visible donde vemos a los jóvenes irse y las oportunidades de crecimiento se nos escapan delante de nuestros ojos a municipios de población y situación geográfica similar a la nuestra debido a una apuesta por el futuro y unas políticas a largo plazo que permiten la llegada de grandes empresas y la creación de otras nuevas.
Tenemos ejemplos cercanos como Antequera donde, como conocimos hace dos semanas, se construirá el mayor centro logístico de Andalucía creando numerosos puestos de empleo. En este periódico se publicó un artículo hace varios días acerca de las oportunidades que está perdiendo Loja poniendo el caso del Puerto Seco de Antequera, de nuevo, o el acelerador de partículas que se situará en Escúzar a los que podemos añadir el asentamiento de nuevas empresas en localidades como Lucena o Mollina. Municipios con unas características demográficas, sociales y geográficas semejantes a las de Loja pero que sí están siendo atractivas para las compañías dando lugar a un desarrollo industrial para nada comparable con el de nuestra localidad.
Desde que tengo uso de razón no recuerdo una noticia similar a las dadas en estas ciudades anunciando la llegada de una gran empresa a Loja. Esto no solo es grave desde el punto de vista del crecimiento empresarial y económico sino de una apuesta de presente y de futuro de una ciudad, la nuestra, que parece haberse estancado desde hace varios años.
Si algo hemos aprendido de la pandemia es que la economía no puede basarse únicamente en actividades tan temporales como la agricultura o el turismo, sino que debemos dar un impulso a un nuevo modelo económico más estable que cree empleo de calidad y cualificado. Esto es especialmente esencial en municipios como el nuestro dónde mientras esperamos a que esto ocurra se nos va escapando todo el talento joven que algún día tuvimos.