A pesar de toda la suciedad y problemas que trajo aparejado el episodio de calima que sufrimos en nuestro país hace unos meses, no todo fue negativo. El polvo sahariano que se depositó en las superficies de cultivo es muy rico en nitrógeno, fósforo y potasio, tres de los elementos fundamentales en la nutrición de nuestros cultivos.
Aunque en las zonas urbanas los episodios de calima son una gran molestia, o incluso peligrosos por la contaminación, también son muy importantes para la salud de los ecosistemas. Por ejemplo, para la selva del Amazonas es fundamental la fertilización proveniente del polvo sahariano. Estas calimas esparcen toneladas de polvo altamente nutritivo para las plantas de todo el planeta.
El episodio de calima que sufrimos en Andalucía dejó unos 64 kilos de polvo por hectárea. Parte de este polvo está compuesto por nitrógeno, fósforo y potasio, además de calcio y magnesio, dos microelementos muy importantes para el desarrollo vegetal. En nuestra comarca, que cuenta con casi 100.000 hectáreas de cultivo, el episodio de calima dejó más de 18 toneladas de abono gratuito para los cultivos, una pequeña ayuda que -dado el precio al que están los abonos- supone un ahorro para nuestros agricultores.