El edificio, junto a toda la finca, conformaban un pionero proyecto para fomentar el desarrollo y la investigación en agricultura ecológica. Actualmente se encuentra derruido y abandonado
Estado actual de abandono del edificio del Centro de la Biodiversidad. Foto de Flickr
En 2010 fue inaugurado en Loja el Centro de la Biodiversidad, un proyecto pionero e innovador con el objetivo de apoyar el desarrollo y la investigación en agricultura ecológica en toda la comarca. Las instalaciones funcionarían como un área de experimentación de cultivos y también como centro de producción de semillas y variedades de alimentos autóctonas, mejor adaptadas a nuestro clima y con unas cualidades de sabor y calidad mucho más altas que las variedades comerciales.
Un proyecto avalado por la Junta de Andalucía y el Ministerio de Agricultura
El centro fue un proyecto único en Andalucía, que posicionaba a Loja como una ciudad puntera en la investigación y la promoción de la agricultura ecológica, impulsando un sector que, 10 años después, se ha demostrado absolutamente fundamental a la hora de garantizar la soberanía alimentaria de la Unión Europea y la lucha contra el cambio climático. Tal como se establece en el Pacto Verde Europeo, que sitúa a la agricultura ecológica como uno de los pilares bajo los que se asienta el modelo alimentario del futuro en Europa.
El Centro de la Biodiversidad también sería un elemento de creación de redes de colaboración entre diferentes centros de investigación, atrayendo empleo de calidad al municipio y diversificando su economía. Junto a su edificio, una finca de 4,4 hectáreas serviría como zona de plantación y estudio de los diferentes cultivos experimentales.
Las instalaciones estaban formadas por un laboratorio, una biblioteca especializada, instalaciones para la conservación y producción de semillas ecológicas certificadas, un aula de formación y un área de experimentación; formada por invernaderos y cultivos de secano y regadío. Su coste fue de más de un millón de euros, entre la construcción del edificio y la maquinaria necesaria para el laboratorio.
¿Por qué se abandonó esté proyecto?
El centro se inauguró en 2010 y apenas estuvo en funcionamiento un año. En 2011 llega al Ayuntamiento el Partido Popular, apoyado por Convocatoria por Loja y se pierde el interés por el proyecto. El nuevo gobierno local no apostó por este centro y fue desmantelado; la maquinaria del laboratorio se trasladó a Sevilla y el edificio se cerró.
Según fuentes consultadas, una vez inauguradas y puestas en funcionamiento las instalaciones, el siguiente paso era trasladar la documentación necesaria a la Junta de Andalucía para que fuese ella la que adquiriese la titularidad del edificio, para ocuparse del mantenimiento y del propio impulso del proyecto. Algo que, a la vista del estado del edificio, parece que no se llegó a producir tras el cambio de gobierno local. Señalar que la titularidad de la finca donde se encuentra este centro es propiedad del Patronato San Ramón y San Fernando
Un edificio de medio millón de euros reconvertido en basurero y una perrera
El estado actual del edificio es lamentable, el tejado está dañado, las basuras se acumulan a su alrededor: palets, garrafas de abonos, bicicletas, frigoríficos y un sinfín de desechos están esparcidos en su interior y los alrededores. Incluso una de las zonas techadas la han convertido en una perrera. Desde fuera puede verse como todo el interior del edificio está derruido y destrozado por las humedades y las filtraciones de agua. Según las fuentes consultadas por este medio la finca donde se sitúa el Centro está arrendada a un particular.
Una oportunidad perdida para Loja y toda la comarca del Poniente
Este centro era el primero de su tipo en Andalucía, creando un polo de conocimiento y experimentación en un sector de la agricultura que, si hace doce años era importante, ahora es capital. El Pacto Verde Europeo (New Green Deal) establece que para el año 2030 el 25% de toda la superficie de cultivo en la U.E debe ser de producción ecológica.
Además, en el contexto actual de escasez de fitosanitarios y abonos y de su elevado precio, la agricultura ecológica se postula como una herramienta casi de supervivencia, ya que la producción de alimentos bajo este tipo de agricultura requiere de muchos insumos.
Las variedades de alimentos autóctonas, y sus semillas, también han cobrado una especial relevancia en el contexto de cambio climático actual. Estas razas de plantas están mucho mejor adaptadas a nuestro clima, aguantado mucho mejor las sequías y las olas de calor, ya que se han ido seleccionando y perfeccionando por generaciones de agricultores, constituyendo un patrimonio de valor incalculable desde el punto de vista de la biodiversidad y la propia gastronomía.