
José María Martín
Trovador en la Última Frontera
Cuando se enfrenta un envite
Cuando en unas elecciones,
coges la responsabilidad
que es la de representar
un proyecto socialista
y se fracasa en este envite,
si se pierde, se dimite.
Y hay que hacer autocrítica,
pensar en lo que ha pasado,
qué es lo que se hizo mal,
bien, normal o regular,
y antes de que te inviten,
si se pierde, se dimite.
Y habrá que reflexionar,
sentarse, analizar,
meditar, considerar
y las causas ponderar.
Excusas, no se transmiten,
si se pierde, se dimite.
Tendremos que cavilar,
por qué tanto descontento,
si nos podemos ya, apuntar
mucho más, según hacemos,
en el debe que en el haber,
o por lo menos, eso creemos.
Y habrá que calibrar,
por qué tanto desencanto,
incapacidad, incompetencia,
en frente es lo que tenemos,
ineptitud y deficiencia,
o por lo menos, eso creemos.
Tomar nota de las jugadas,
extraer las experiencias,
valorar las contingencias,
por errores no forzados,
de los fallos cometidos,
y de golpes recibidos.
Y preparar la estrategia
para la próxima contienda,
explicarnos nuevamente
y que la gente lo entienda,
a batallar tos de nuevo
y que la victoria sea,
nuestro único consuelo.
A crear nuevos equipos,
y sin desahuciar a nadie,
pero cada uno en su sitio,
tenemos que caber todos,
más unión y más gestión,
mucha fuerza y nuevos modos.
Es debate, es escuchar,
interpelar y expresar,
exponer y preparar,
estudiar y trabajar,
con una meta en la mente:
el bienestar de la gente.
Propuestas, iniciativas,
son ideas novedosas,
fértiles y constructivas,
innovadoras, modernas,
solo con la pretensión
de devolver la ilusión.
Crear porvenir, trabajo,
jóvenes, hombres y mujeres,
blindar a nuestros abuelos,
sanidad de todos y para todos,
una educación de calidad,
que todo el que valga pueda
entrar en la universidad.
Que cada uno quiera
como él quiera querer,
y querer a quien le quiera,
sin fijarse en otra cosa,
y lo que quiera el amor,
no lo separe ni Dios.
Y aunque…
muchos sean los medios,
los millones y el poder,
que tienen los adversarios,
no deben de ser excusa,
pues nos tenemos que hacer,
y sentirnos, necesarios.
Y que sea nuestro anhelo,
avanzar con nuestro pueblo,
nuestra causa, la libertad,
nuestro sueño, la igualdad,
y para todo eso tenemos
que empezar ya a trabajar.
Y el que quiera…
que la sanidad privada,
privada, la educación,
privada, la universidad
y que vengan los recortes,
voten a los que ganaron,
que son buenos dando cortes.
Pues ya lo dice el refrán,
y esta vez, por vez primera,
espero que se equivoque,
a ver si es que no atina
y no es tanta la ruina:
“Pero a gran salto,
gran quebranto.”