José María Martín
Trovador en la Última Frontera
Andalucía - recuerda el alma dormida
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y comprenda,
lo votado,
cuando se toman medidas,
y por fin nos queda claro,
y revelado.
Cuan presto hay que padecer,
porque, después de ganado,
da dolor,
queden, por nuestro proceder,
muchos logros conquistados,
sin valor.
Pues si vemos lo presente,
cómo les han favorecido,
y ayudado,
a los grandes capitales,
bula les han concedido,
y regalado.
No se engañe nadie, no,
que esto ha sido por votar,
sin pensarlo,
y ese voto que se dio,
ese lo van a exprimir
hasta estrujarlo.
Nuestros votos son poder,
que dan derecho a mandar,
que es gobernar.
Ahora mandan señoritos,
que gobiernan para sí,
y nada más.
Velan por ricos caudales,
y nada para los medianos,
ni los más chicos.
Pues pagaran mucho más,
los que viven por sus manos,
que los ricos.
Y doy las comprobaciones,
de los famosos trileros,
los peperos;
que muestran sus decisiones,
de sus famosas propuestas,
de elecciones;
Lo de bajar los impuestos,
resulta que esa era,
de verdad,
pero solo al que logre,
y cerca del millón llegue,
su anualidad.
Mientras que los libros,
de estudiar bachillerato,
hay que pagar;
Los de FP, ya te digo,
que te hacen un retrato,
pues igual;
Y también pagan los niños,
que no llegan a los cuatro,
preescolar;
Rompiendo así la tendencia,
que, para libros de texto,
gratuidad;
Los que tengan una herencia,
de algo más de dos millones,
se ahorrarán el impuesto.
Sucesiones.
Los que tengan un regalo,
de la misma cantidad,
otro tanto de los mismo.
Donaciones.
Y los que tengan cuartos, propiedades,
riquezas, fortunas, caudales,
que sea más de un millón,
que este bien declarado,
no debajo del colchón,
no hay Impuesto Patrimonio,
pues dicen que es un expolio.
Decidme entonces pues,
¿es que esperáis ganar eso?,
alguna vez,
Decidme ¿por afanarse?
ó ¿quizás de un pelotazo?
que soez.
O que pensáis ahorrarlo,
desde ahora, y hasta,
la vejez,
Que bienes y que fortuna,
pensasteis de tener,
para tanta, y tanta
tozudez.
Mientras las listas de espera,
de nuestra sanidad pública
aumentando.
Los médicos y los enfermeros,
en todos los hospitales
van menguando.
Y la sanidad privada,
en radio y televisión,
se está anunciando.
Y estos mismos la promueven,
y cada vez más dinero,
van aportando.
Y ya para terminar
os dejo con unos versos
de Manrique,
de él, es el original,
y lo mío son caneos
con pique.
Pero se pueden aplicar,
a lo que aquí cuento,
sí queremos,
y alguna lección sacar,
de este pequeño fragmento,
sí podemos.
Los placeres y dulzores,
de esta vida trabajada,
que tenemos,
No son sino corredores,
y la muerte, la celada,
en que caemos.
No mirando a nuestro daño,
corremos a rienda suelta,
sin parar.
Desque vemos el engaño,
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.