Sierra Tejeda es un espacio natural único, formado por cimas nevadas de más de 2000 metros de altitud, ríos, barrancos y bosques con decenas de rutas para practicar senderismo.

Vista general de Sierra Tejeda. Foto: Juan María Jiménez
Un espacio natural único
El Parque Natural de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama es un tesoro natural compartido entre las Tierras de Alhama y la Axarquía Malagueña. Entre las 40,000 hectáreas que ocupa este parque se encuentran los pueblos de Alhama, Arenas del Rey, Játar, Jayena y Fornes.
Sierra Tejeda se encuentra en una de las encrucijadas geográficas más importantes del planeta, entre dos mares y entre dos continentes, es la última serranía que puede considerarse húmeda en el sureste de la Península, por lo que se dan ecosistemas muy casos, o inexistentes, en el levante andaluz.
Por tanto, es un paisaje extremadamente valioso. Su superficie está poblada en su mayoría por pinares y encinares, pero gracias a las zonas microclimáticas que posee, también se dan robledales, bosques de ribera, enebrales o bojedas entre los que discurren numerosas sendas y rutas para practicar senderismo y disfrutar de su flora y fauna.

Foto de Juan María Jiménez
Un espacio en las que los amantes de las aves pueden observar más de 100 especies diferentes; entre las que destacan el águila calzada, el buitre leonado, el águila perdicera, el halcón peregrino o el cernícalo.
Un territorio extraordinario donde los amantes de la montaña pueden explorar y descubrir entornos singulares para luego descansar y comer en la gran oferta de alojamientos rurales y restaurantes que se ofertan en los diferentes pueblos que componen este Parque Natural.
La historia de la industria de la resina
Sierra Tejeda siempre fue una montaña con abundancia de pino resinero, antaño, la resina que se obtenía de estos pinos constituyó una importante fuente de ingresos para las gentes que vivían cerca de los pinares. En 1902 se crea la fábrica de resina, de la que llegaron a vivir más de 300 personas. Con la resina se fabricaban colofonias y aguarrás, dos productos muy demandados en la industria para preparar alimentos, productos fitosanitarios, tratamientos para papel, pinturas o usos en cosmética.
Fue tan importante la fábrica, que a su alrededor se creó un pequeño pueblo, con su propio colegio y capilla, la cual es hoy el centro de visitantes del parque.

Centro de visitantes de La Resinera. El centro es lo que antiguamente fue la capilla y el colegio del pueblo que se formó en los alrededores de la antigua fábrica de resina. Está perfectamente restaurado y dentro tiene una magnífica exposición relacionada con el parque y con la producción de resina. Foto de la Junta de Andalucía
Por desgracia, hubo un gran incendio del parque en 1975 que arrasó durante 6 días 5000 hectáreas de pinares, este hecho, unido a la poca rentabilidad de la resina de pino frente a la síntesis química del aguarrás, supuso la clausura de la Resinera y marcó el fin de una época en la comarca. Tras el cierre, muchos de los resineros tuvieron que abandonar los pueblos o se reconvirtieron, forzadamente, en agricultores.
Años después, los terrenos que ocupaban la antigua fábrica fueron vendidos a la Junta de Andalucía, y desde entonces se está haciendo una gran tarea de recuperación del entorno. En la que destaca la construcción y rehabilitación del centro de visitantes
Sierra Tejeda como motor económico
Gracias a la riqueza del Parque Natural y su entorno han proliferado multitud de pequeños negocios relacionados con el turismo de naturaleza; casas rurales, empresas de aventura, restaurantes o pequeños hoteles.
De todos los pueblos que engloba el Parque, destaca Alhama, un pueblo con un casco histórico perfectamente conservado, varios museos, y monumentos, como la antigua cárcel o la Iglesia de la encarnación, que merecen ser visitados.
Alhama está rodeada de fértiles campos y colgada de un profundo tajo desde el que se observan los antiguos molinos que producían grandes cantidades de harina procedente de los importantes cultivos de cereales que rodeaban el pueblo y que aún hoy son perfectamente distinguibles cuando te vas acercando al pueblo por su sinuosa carretera.

Vista del Tajo de Alhama. Foto: Diputación de Granada