
Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
Seres de Luz
Hace no muchos días se presentaba un documental en Loja sobre dos chicas y un chico, Blessing, Mabel y Abde, que vinieron a nuestro país en busca de oportunidades y un futuro mejor para ellos y, sobre todo, para ayudar a sus familias como ellos mismos reconocen en el trabajo realizado por Buenaventura estudio. Pero como sabemos sus historias no tienen el mismo final que la de muchos jóvenes que arriesgan su vida para llegar a nuestro país.
Este trabajo audiovisual es muy necesario para rebatir con historias reales tópicos y estereotipos que tenemos y que nos crean sobre estas personas. Es una realidad que hay un mensaje de odio racista creciente en nuestra sociedad, en su mayoría alimentado por bulos y medias verdades que poco o nada tiene que ver con lo que realmente ocurre. Recientemente, el pasado Jueves Santo, en Granada se transmitía un bulo sobre que un grupo de menores inmigrantes había creado un percance durante el transcurso de una procesión; poco después la propia cofradía y la Policía Local tuvieron que desmentir esta información que había sido difundida de forma intencionada por quién ya todos podemos imaginarnos. A pesar de ser que la desinformación fue negada el daño se hizo.
Es triste que se utilicen a menores de edad con fines electoralistas, pero es más triste aun que esto dé votos. Los datos nos muestran una realidad diametralmente distinta a la que se dice en estas noticias falsas; no hay una relación entre la delincuencia y la llegada de menores extranjeros a nuestro país. En Andalucía, solo 83 menores inmigrantes de los 15.693 tutelados por la Junta desde 2015 a 2019 habría cometido algún delito, es decir un 0.52 por ciento. No hay una dependencia entre el color de piel, la raza o la religión con la delincuencia
Otra creencia bastante extendida en nuestra sociedad es que estos jóvenes no quieren trabajar; algo que como se demuestra en el documental “Seres de luz” es totalmente falso. Como bien dicen Mabel, Blessing y Abde en el mismo, uno de sus principales objetivos para venir a nuestro país, era encontrar un trabajo y ayudar a sus familias con el dinero que obtuvieran gracias a este trabajo. Ellos con su esfuerzo y la ayuda que reciben de algunas instituciones lo están consiguiendo, pero en muchos casos no es así. Además, si tenemos en cuenta que la edad de emancipación en nuestro país es de más de 30 años, a ellos se les exige mucho más con menos recursos y menos apoyo, tanto de sus familias, que por razones obvias no pueden, como por parte de las administraciones.
Tenemos que quitarnos los prejuicios que se nos crean por casos aislados o, muchas veces, por hechos que no son como nos los quieren contar. A pesar de algunos de nuestros representantes políticos, la mayor parte de la gente de nuestro país es acogedora y solidaria. Podrán utilizar datos falsos para que esto no sea así pero no lo conseguirán.
Me quedo con que, como bien se puede leer en el documental, la historia de estos chicos en general y las de Mabel, Blessing y Abde en particular “son ejemplos vivientes de lucha contra la ignorancia y el odio, de sed de justicia, de resistencia, de sacrificio y generosidad, de nobleza y empatía”.