Juan Alonso
Gestor Cultural
¿Por qué te vas?
Decía Goebbels que una mentira contada una sola vez seguía siendo una mentira, pero que contada mil veces se convierte en una certeza compartida por la mayoría. Quiero pensar que la falsedad que nos envuelve a diario carece de la pésima intención del ministro de propaganda nazi; y que solo es producto de la impotencia -o de la pereza- por abordar con coraje cuatro verdades elementales que nos permitan practicar la virtud de la lucidez.
Los territorios de interior no urbano somos una especie en peligro de extinción según los datos. Todos los indicadores oficiales parecen decirlo: la gente se va de los pueblos -incluso de las cabeceras de comarca- porque quiere vivir en el edén de una capital de provincia. Me pregunto hasta qué punto la seducción del estilo de vida capitalino-provinciano puede responder a una gran mentira goebbeliana.
Los territorios de interior no urbano somos una especie en peligro de extinción según los datos. Todos los indicadores oficiales parecen decirlo: la gente se va de los pueblos -incluso de las cabeceras de comarca- porque quiere vivir en el edén de una capital de provincia
Las teorías de progreso más preclaras nos empujan hacia hábitos de vida saludables y de cercanía a la tierra y sus alimentos naturales. El ideal de los urbanistas utópicos traza planos de movilidad donde el peatón no precisa más de 15 minutos para desplazarse hasta sus lugares de referencia cotidiana (trabajo, escuela, comercio de proximidad, centros de salud, cultura y ocio). La tecnología permite que cada vez más empleos se puedan llevar a la práctica desde el propio domicilio. El precio del suelo hace más viable el acceso a la vivienda -y a la fundación de una familia- en nuestras localidades que en los centros o las periferias metropolitanas. En definitiva, si las profecías modernas anuncian favores ¿por qué te vas?, cantaba lánguida Janette.
Cuando desde nuestros pueblos y comarcas la mejora de las comunicaciones nos sitúa a menos de una hora viaje de algunos de los principales focos urbanos de Andalucía para disfrutar de una visita eventual y gozosa. Cuando internet nos da la posibilidad de acceder a cualquier idea o producto de la aldea global con solo tocar unas teclas, ampliando las posibilidades que nos da el comercio de proximidad. Cuando ante una urgencia médica un helicóptero te coloca en el quirófano de un hospital de referencia en 30 minutos… ¿por qué te vas?
Opino que desde los territorios rurales, desde nuestros pueblos y agrociudades, tenemos la obligación de confrontar el relato mitológico de la arcadia urbana con argumentos y con hechos, y sobre todo con ejemplos que pongan en valor nuestra calidad de vida desconcentrada.
Hay una mentira que, repetida mil veces, esté propiciando el éxodo de población, talento y potencial de trabajo desde los territorios rurales? ¿Hay algún obstáculo insalvable para que desde nuestros pueblos y cabeceras comarcales se pueda aspirar a la práctica de la excelencia y la innovación sin complejos?
Opino que desde los territorios rurales, desde nuestros pueblos y agrociudades, tenemos la obligación de confrontar el relato mitológico de la arcadia urbana con argumentos y con hechos, y sobre todo con ejemplos que pongan en valor nuestra calidad de vida desconcentrada. Para ello debemos desembarazarnos de tradicionalismos excesivos -esa ya es cosa nuestra- para practicar formas propias de modernidad y apegos identitarios nuevos, relativos a las aspiraciones comunes de los entornos no urbanos para el siglo XXI.
Opino también que las políticas locales de trampantojo con que los poderes públicos y fácticos suelen intentar la apariencia de cambio es nuestra particular falsedad goebbeliana. La suma de acciones ocasionales -el activismo puro- no va a ser capaz de invertir la tendencia; no va a producir nuevos vectores de permanencia de la población y del emprendimiento en el territorio local y comarcal. Los principios de eventualidad y ocurrencia deben ser supeditados a las leyes de la continuidad y el valor demostrativo del cambio. Yes we can. O eso quiero pensar.