
Miguel Jáimez
Asesor laboral.
Nos toman por tontos
Ya está bien de no hacer nada, ni siquiera protestar. Ha llegado el momento de decir la verdad: los poderes económicos hacen con nosotros lo que les da la gana, nos utilizan solo para sacarnos rendimiento, somos objeto de las más burdas maniobras para dirigir nuestras vidas.
Si analizamos nuestras vidas, vemos que nos llevan por donde quieren. Tenemos los salarios que negocian para nosotros, pagamos por los suministros lo que ellos deciden, da igual la oferta y la demanda. La economía de mercado es un cuento chino, no depende de que consumas más o menos, sino de lo que ellos quieren ganar.
Nos llevan por el camino de sociedad que a ellos les es más rentable. Quieren una sociedad consumista, sin cabeza, que nos dejemos llevar por impulsos. Nos meten por redes sociales, periódicos… información dirigida de cómo debemos sentir, pensar, opinar, decidir.
Sin darnos cuenta, juegan con nosotros como títeres de un teatro de guiñoles. ¿Crees realmente que tú decides qué comer, qué vestir, qué comprar? Estamos todos metidos, y sálvese quien pueda, en un sistema económico cuya última función no es optimizar los recursos, sino producir sin sentido y para los intereses que ellos quieren obtener.
Tenemos claros ejemplos cuando siendo el país con más desarrollo en energías renovables y clima para su obtención, seguimos dependiendo de terceros países para obtener la energía que consumimos. Las compras las hacemos en función de los que nos meten en nuestras necesidades artificiales creadas desde publicidades engañosas. ¿Cuánta gente compra cosas que después no utiliza ni tres veces?
Y muchas veces utilizan, incluso hacen campañas orquestadas a base de motivaciones emocionales para obtener votos o mover movimientos sociales para su provecho. Un claro ejemplo sería el sentimiento patriótico mal entendido.
Para concluir, enfatizar en que la información sesgada o de solo unos medios nos hacen encasillar nuestro pensamiento en distintas posturas marcadas desde arriba que no nos dejan pensar libremente en cualquier decisión. Por eso es tan importante no creer todo lo que nos quieren hacer pensar en ningún campo; y meditar, reflexionar y manejar la información contrastando a veces las fuentes o las motivaciones.