22 de febrero 2023 / Redacción
Las pruebas genéticas dan fe de que el cuerpo exhumado en una fosa común del cementerio de Reus pertenecen al activista hueteño que fue asesinado a manos de la Guardia Civil tras ser obligado a beber ácido sulfúrico
El luchador antifranquista Cipriano Martos
Después de 50 años, Cipriano podrá descansar junto a sus padres en Huétor Tájar. El departamento de Justicia Derechos y Memoria Histórica de la Generalitat de Cataluña ha certificado que el cuerpo exhumado pertenece al luchador antifranquista hueteño Cipriano Martos.
El alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado, anunció que el Ayuntamiento acogería el entierro de Cipriano
A principios de año, su hermano Antonio apuntaba que en caso de confirmarse que el cuerpo era de Cipriano la familia tenía la intención trasladar sus restos para que reposen en el cementerio de Huétor Tájar junto a sus padres, “que murieron con toda la pena en el alma por no haber podido besarlo, ni tan siquiera verlo, cuando murió”, ha afirmaba Antonio.
Torturado y asesinado por la Guardia Civil
El periodista del Eldiario.es, Oriol Solé Altamira escribía que Martos fue uno de tantos otros migrantes que durante la dictadura se vieron obligados a emigrar desde el Sur de España para ganarse la vida. Viajó de su Granada natal, donde era campesino, a Catalunya. En 1969, en el núcleo industrial de Sabadell (Barcelona) se politizó y empezó a militar en filas comunistas y antifranquistas.
El caso de Martos había permanecido silenciado durante décadas. Su hallazgo es un paso más en la reparación de uno de los casos más brutales y desconocidos de represión, violencia y ocultación por parte del franquismo. Y no sucedió en la Guerra Civil o los años inmediatamente posteriores de mayor represión, sino solo dos años antes de la muerte del dictador
Durante un interrogatorio por su actividad como sindicalista, la Guardia Civil lo obligó a beber ácido sulfúrico, por lo que Cipriano estuvo agonizando durante 19 días en los que la Guardia Civil no permitió a su madre visitarlo, agrediéndola incluso, con patadas e insultos. Para la familia de Cipriano, hoy se cierra una dura etapa y podrán dar sepultura a su hermano de forma digna.