Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
La política no es cosa de jóvenes
Cuántas veces habremos escuchado expresiones tan manidas como “no lo sabes porque no lo has vivido” o “eres demasiado joven para opinar” con tal de intentar echar por tierra nuestras opiniones y nuestras ideas. Cuántas veces nos habremos callado ante un comentario más propio del siglo pasado por tal de no escuchar estas frases.
Se nos ha hecho creer que la política es algo negativo, que confesar nuestra ideología puede traernos problemas y que es mejor mantenernos al margen. Esto no es algo nuevo, en la dictadura se empeñaron en transmitir que la política era solo para las élites tratándola como algo ajeno a la gente, les convenía que fuera así. Ahora pasa igual, a algunos le conviene el rechazo a la política como si ellos no participaran en ella; la desmovilización de la sociedad, y en concreto de la gente joven, solo favorece a quienes no creen en la democracia.
«La desmovilización de la sociedad, y en concreto de la gente joven, solo favorece a quienes no creen en la democracia».
Lo cierto es que algunos jóvenes se lo han terminado creyendo y el desapego de la juventud hacia la política es muy notable, los estudios revelan que los menores de 24 años son los que menos votan.
No todo es culpa de la forma de pensar de nuestra sociedad, ni de nuestro pasado; desde la clase política actual se tiene que hacer mucha autocrítica: la tasa de desempleo juvenil es la más alta de todas las franjas de edad; en caso de que trabajes, tu sueldo se puede ir en su mayoría a pagar un alquiler disparado y todo esto hace que la edad de emancipación se sitúe en torno a los 32 años.
La realidad es que se están dando pasos por el buen camino y el paro en los jóvenes ha disminuido según la última EPA; pero cuando desde la política no se da respuesta a las demandas del 15% de la población española, es normal y entendible que ese sector de la sociedad no se sienta representado por los dirigentes de su país.
Pero esto solo provoca que nuestra participación en política cobre más sentido aun. Las formas más obvias y evidentes de participar en política son afiliarse a un partido, a un sindicato o simplemente votando, pero hacemos política casi todos los días, aunque no nos demos cuenta: cuando le llevas la contraria a tu tío en la cena de nochebuena viendo el discurso del rey estás haciendo política, cuando vas a una manifestación con tus amigas estás haciendo política, cuando denuncias un caso de acoso en tus redes sociales estás haciendo política.
Todas y cada una de ellas tienen un fin reivindicativo. Desde pequeños nuestros maestros, nuestras profesoras, nuestros padres y madres nos dicen que somos el futuro; y futuro y política son dos conceptos estrechamente vinculados. La política es el principal instrumento de cambio, de construir nuestro presente, pero sobre todo el futuro; y si no somos los jóvenes quiénes cojamos ese instrumento para transformar nuestra realidad ¿Quién lo va a hacer?
En definitiva, la política sí es cosa nuestra, aunque nos digan lo contrario.