Miguel Jáimez
Asesor laboral.
La crispación
No entiendo la política como un enfrentamiento continuo, como una desconsideración continua, como siempre hay quien ofende sin argumentos, cuando se creen más listos que nadie, ¿Cómo pueden sentirse orgullosos de ser soeces?
No entiendo el nivel político que está teniendo mucha clase política, que solo hace política desde la descalificación, pero entiendo menos que personas que se suponen que tienen educación saquen sus peores descalificativos para el que no piensa como él.
Entiendo que personas pierdan los nervios en un momento dado, pero que desde un momento de reflexión solo aporte improperios, que solo basa sus ideas en descalificar lo que hace el otro, no entiendo que no se esté de acuerdo en nada, que por mucho que se afane alguien en mejorar las cosas, en tomar medidas para la mayoría, solo encuentre el menosprecio.
Desde que empezó esta legislatura con todo lo tremendo que ha pasado, nunca he visto de una parte de la oposición poner un granito de ayuda en mejorar las vidas de los ciudadanos, favoreciendo que salieran medidas para paliar las situaciones tan graves como las ocurridas.
No entiendo que mucha gente en la calle no vea todas las leyes que han salido para ayudar, cómo se han conseguido las ayudas europeas, cómo se ha hecho una reforma laboral que mejora las vidas de los trabajadores, cómo se le ha ayudado a los autónomos en los peores momentos, cómo se ha ayudado a todo tipo de empresas.
Cómo se ha conseguido una excepción ibérica para abaratar el precio de la luz, cómo se han tomado medidas para abaratar el precio de los combustibles, cómo se han planteado medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania, cómo se ha luchado contra la pobreza infantil, cómo se ha mejorado las pensiones, cómo se ha mejorado la vida de muchas familias con el ingreso mínimo vital.
Pero aunque cada uno lo vea de una forma, lo que nadie puede o debe es siempre estar ofendiendo y descalificando sin ningún tipo de argumentos. No sé si seré marciano o de otra época, pero no concibo la descalificación o la ofensa para aportar, para hacer crítica, para exponer ideas o para cambiar algo, ¿De qué sirve llevar al odio o manejarse desde el insulto?
Pedimos a los políticos que sean educados y aporten desde la argumentación cuando, en el día en la calle, muchos lo únicos que hacen es descalificar y ofender para infravalorar al político que no es de sus ideas, ¿Qué queremos enfrentamientos entre amigos, entre familiares, entre vecinos? No lo puedo entender, dicen que el español es un poco así, pues lo mismo de arcaico y anacrónico como aquella de ver España desde un solo lado cuando es poliédrica.