Miguel Jáimez
Asesor laboral.
¡¡¡Bienvenidos!!!
Loja muestra su cara más solidaria con el envío de alimentos, medicamentos y ropa para los refugiados ucranianos, somos un pueblo que, cuando se nos necesita y hemos de estar ahí, tenemos los niveles más altos de solidaridad. Pronto en cualquier catástrofe nos ponemos manos a la obra en echar una mano y eso es para sentirnos orgullosos, lo hemos demostrado en numerosas ocasiones.
Es el momento de mostrar nuestra hospitalidad a estas personas que han tenido que abandonar su país huyendo de la guerra y dejando atrás familia, amistades, trabajos y propiedades sin saber que se encontrarán cuando vuelvan o si perderán a un familiar.
Unos lojeños tomaron la iniciativa de ir a buscar a unos pocos refugiados con un autobús a Polonia, en total han llegado cincuenta y seis. Estos lojeños han hecho un acto encomiable y de admiración, por tanto nos han dado una lección a todos de solidaridad que tiene que servir como ejemplo.
En los momentos tan dramáticos que están viviendo estas personas, viniendo de ver sus vidas derrumbarse, que alguien se apiade de ti y cruce media Europa para ir a buscarte y ofrecerte una salida aunque sea temporal debe valerte para no perder la fe en la condición humana, porque después de lo vivido puede que la pongas en cuestión.
El monstruo de la guerra ha vuelto a nuestra Europa y es un momento muy delicado en el que debemos estar comprometidos sin fisuras ante tal situación. Aquí no debe haber diferencias por ideología ni por otras condiciones, se debe estar con los vulnerables como hay que estar siempre, ahora necesita de nuestra solidaridad todo el pueblo ucraniano y desde Loja hemos mandado un ejemplo que ojalá que se propague.
Quiero dar las gracias a ese grupo de lojeños que han ido a buscar a estas personas como son: José Luis Sánchez y su hija, Miguel Cerrillo padre e hijo y los conductores de autobuses Balerma, por hacer un acto de solidaridad tan importante.
Ahora, en la etapa que van a vivir estas familias entre nosotros, espero que tengan sus necesidades cubiertas, que sea por poco tiempo porque ello signifique que la guerra ha terminado, que puedan, en un futuro no muy lejano, volver a su tierra y recuperar sus vidas como ellos deseen y que no tengan pérdidas familiares.
La guerra nunca servirá para nada, solo para crear odio. Las muertes de los hombres que caen en la lucha no solucionarán nada que no se obtenga con la palabra, ningún hombre puede concentrar tanto poder como para mandar a miles de personas a la muerte y generar tal destrucción ni ningún país debería tener al mando a personas que tanto infravaloran la vida humana y ponen por delante sus convicciones delirantes a la vida de cualquier ser humano. Somos una única raza, la raza humana y hasta que no entendamos eso la humanidad sufrirá de estos injustos acontecimientos.