Miguel Jáimez
Asesor empresarial
Nuestros mayores se desvivieron por nosotros y ahora no los estamos tratando como se merecen.
Lo mismo es esta columna la que más me gustaría que sirviera para algo. Me crié rodeado de personas mayores, para mí era normal quedarme a dormir en la casa de mi abuela Leonor o ir a comer a lo de mis tías Asención y Nati o al revés.
Siempre estaban en mi casa o nosotros en las de ellas. Vivíamos todos en el mismo edificio, en el número uno de la plaza de la Victoria, supongo que de ahí viene ese amor que nos inculcaron mis padres donde nos hicieron apreciar y tener el debido respeto que hay que tener a las personas mayores, por eso me parece tan injusto el trato que le damos a nuestros mayores en estos tiempos de transformación digital.
Es muy injusto el trato que les damos a los mayores en estos tiempos de transformación digital.
Ellos, que se han desvivido por nosotros, y un gran ejemplo de ello ha sido en los momentos más duros de las crisis cuando muchas veces con sus limitadas pensiones han tirado para ser el sustento de las familias, ellos que siempre están cuando se les necesita en cualquier enfermedad en cualquier imprevisto.
Muchos de ellos han luchado por que tengamos hoy la sociedad del bienestar que disfrutamos. Pues cuando llegan los años que más atención requieren peor servicio le estamos dando como sociedad desde lo más liviano hasta lo de mayor importancia.
Los hemos maltratado en las residencias no teniendo los medios médicos y sanitarios que se merecen con unos servicios de primer orden. Se les ha negado, incluso en alguna comunidad autónoma, el traslado al hospital cuando se estaban muriendo y en plenas agonías respiratorias y con problemas a nivel de fallo multiorgánico. Esto en las situaciones más graves, pero es más, cuando ya han estado vacunados con otros problemas médicos ni se les atiende presencialmente ni se les asiste en las casas y queremos que nos expliquen por teléfono siendo tan impersonal.
Los hemos maltratado en las residencias no teniendo los medios médicos y sanitarios que se merecen. Se les ha negado incluso, en alguna comunidad autónoma, el traslado al hospital cuando se estaban muriendo.
Pero para colmo, los tratamos mal, quitándoles servicios presenciales en los organismos públicos, queremos que se sepan manejar con cajeros bancarios sin atenderlos en persona, les obligamos a que sepan manejar para cualquier gestión por sedes electrónicas por dispositivos que no están preparados para ello.
En fin, esperemos que nuestra sociedad avance, pero para mejorar la vida de todos, y más concienzudamente cuando los años limitan en las distintas funciones de la vida, nuestros mayores se merecen tener todo el mejor trato posible y entender sus carencias de formación por ser provenientes de avances que se dan tan rápidos que no pueden actualizarse ya con cierta edad
Esperemos que, en algún momento, nos demos cuenta de la situación que les damos y adaptemos los avances para que ellos se puedan sentir mejor más cuando la esperanza de vida es cada vez más alta y la pirámide de edad es cada vez más poblada en la franja de personas de mayor edad. Que los avances sean para hacerles la vida más fácil, que tengamos ventanillas con atención personal para ellos y que tengan los mejores cuidados médicos y las mejores condiciones de vida