Juan Alonso
Gestor Cultural
La canción del verano
Con alguna frecuencia, el adolescente con el que convivo me trae opiniones o noticas frescas que me calan la muela del juicio. No siempre, pero a veces, surge un debate generacional que solo puede acabar con la revisión de conceptos en la intimidad de mis cincuenta y pico, rumiando a solas -o en compañía de su madre- las líneas y la altura del conflicto. No hay opción, el riesgo de no intentarlo es quedar convertido en el caparazón de un señor impermeable a los tiempos.
Como la música es terreno abonado para las controversias inocuas -podemos escuchar juntos en el coche a Vetusta Morla, pero con Jorge Drexler ya se le corta el rollo-, surge enseguida el debate en torno a un tal Quevedo, que nada tiene que ver con la poética conceptista del Siglo de Oro que me enseñaron los algoritmos convencionales. Habla y cita también a Rojuu y a Putochinomaricón (sic), que al parecer son también veinteañeros capaces de petarlo con un ordenador y una electrónica casera, una identidad no binaria y el auto-tune en la voz como una metáfora a toda vela.
Finalmente lo confieso. No sé quién es Quevedo cantante. Y me pone al día sobre la canción de este verano inmisericorde 2022 titulada “BZRP Music Sessions #52”. Y descubro que el tal Quevedo es un joven canario con aspecto de marichulo algo zampabollos, que sin un solo álbum en el mercado y bajo la producción de un tipo avispado llamado Bizarrap, ha liderado el top musical del verano con cifras de reproducción en YouTube o Spotify multimillonarias, muy por encima del fenómeno de masas en que se ha convertido la Despechá Rosalía.
¿Es Quevedo, con su voz grave de autotune al cuadrado, el bodrio que proclaman los enemigos del perreo? ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor, según las teorías afines a la caspa? No olvidemos que la canción del verano es aquella que más impacto mediático suscita en la sociedad española durante los meses estivales, temporada del año caracterizada por la pereza intelectual y el gusto por lo fácil; ese que nos ha llevado a encumbrar a Los del Río, King África o Georgie Dann, cuando éramos los amos del chiringuito. ¡Boooombaaaaa!
Lo cierto es que la canción del verano BZRP Music Sessions #52 de Quevedo pone a los nenes a saltar al ritmo inspirador del playback, sin reparar en melodías, virtuosismos o discursos, y parece convertir lo “undergound” en “maistream” por arte de alquimia. A los demás, no tan nenes, nos deja en la boca un extraño sabor a duda: ¿se trata de un episodio más del tradicional decadentismo estival, o estamos sencillamente ante el final de la especie?