Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
La bandera no se lleva dentro
La noche del 28 de junio de 1969 se dieron lo que se conoce como los disturbios de Stonewall en un barrio de Nueva York. Aquella noche las personas presentes en un pub de esta ciudad se revelaron contra una operación policial que buscaba reconocer a personas del colectivo LGTBI para detenerlas. Esto era algo habitual en aquella época, la diferencia fue que aquel día los presentes en aquel local opusieron resistencia ante tal injusticia. Desde entonces el 28 de junio se celebra y, sobre todo, se reivindica el día del orgullo LGTBIQ+ que se extiende durante todo el mes de junio y las primeras semanas de julio.
Estos hechos, que ocurrieron hace más de 60 años, se siguen dando en muchos países, también de nuestro continente. Hace apenas unos días en Oslo, la capital de Noruega, murieron dos personas y más de veinte resultaron heridas tras un tiroteo en un local LGTBIQ+.
En nuestro país, sin irnos más lejos, los delitos de odio en general y los relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en particular han aumentado en los últimos años. En 2019, último año del que conocemos datos, las infracciones con este tipo de delitos aumentaron de 254 a 289. Como olvidar a Samuel Luiz asesinado el pasado año por un grupo de trece personas al grito de “maricón de mierda” en La Coruña.
Redacción Afirman que “se hace un uso partidista de los ayuntamientos a colocar banderas ideológicas en los espacios públicos donde...
Leer másDesde ciertos cargos institucionales y políticos en nuestro país también se da esta homofobia proponiendo invisibilizar y esconder la celebración del orgullo en Madrid llevándola a las afueras de la capital. Igualmente, para un concejal del PP de Madrid “la bandera se lleva dentro, no hay que llevarla fuera” pero solo si es la bandera arcoíris, si es la bandera de algún equipo de fútbol o cualquier otro evento se colocan banderas hasta en el último rincón de la ciudad.
Asimismo, en Loja, el partido de extrema derecha considera que no se debe poner la bandera LGTBIQ+ en el Ayuntamiento por ser una “bandera ideológica”; ven ideología donde lo único que se representa es la diversidad, la libertad y los derechos de un colectivo, asunto diferente es que estos valores no concuerden con su ideología, en ese caso tienen un grave problema que nos afecta al resto de la sociedad.
Aun así y pese a esta parte de la sociedad española rancia que por suerte es minoritaria, nuestro país es pionero y referente en la aprobación de derechos para el colectivo LGTBIQ+. España fue el cuarto país del mundo en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en 2005; dos años después se aprobó en España la Ley de Identidad de Género, que pronto será renovada con la aprobación de una nueva Ley Trans acorde a nuestros tiempos y que pondrá a España, de nuevo, como un país referente en derechos sociales.
Este debe seguir siendo el camino: avanzar, progresar y seguir conquistando derechos a pesar de ellos. Lo ideal sería que cuando en el Congreso de los diputados se voten nuevos avances sociales, los 350 diputados pulsen el botón verde. Esto, por desgracia, no ocurrirá en el corto plazo, pero como sociedad aspiramos a que sea así. Ojalá sea antes de lo que ahora mismo podríamos imaginarnos.