Mas de 300 personas, entre alcaldes, concejales y militantes, se reunieron en Salar para debatir la estrategia del partido para las próximas elecciones municipales.
Imagen de la asamblea. Foto de Izquierda Unida Andalucía
Salar acogió ayer el encuentro municipalista de Izquierda Unida con el objetivo de cohesionar a la militancia, insuflar ánimos para la próxima contienda electoral y debatir sobre la estrategia electoral para los futuros comicios municipales. La principal novedad fue la libertad que se ha dio a las asambleas municipales para realizar pactos con las diferentes fuerzas políticas, siempre “con la vista fija en maximizar los resultados electorales”.
Armando Moya, alcalde de Salar, hizo una breve presentación del acto, a continuación, tomó la palabra Toni Valero, coordinador de IU en Andalucía, apelando a la fuerza del municipalismo como “vector de transformación democrática” y a la política municipal “como herramienta de lucha y de cambiar la vida de la gente”.
La autonomía a las asambleas locales para realizar pactos con otras fuerzas políticas y la desconfianza hacia Podemos para futuros pactos, marcaron el discurso de la asamblea
Asistentes a la asamblea. Foto de IU Andalucía
La política municipal como herramienta transformadora y de impulso del cambio
Valero propuso tres objetivos de máximos para la organización; conseguir un giro a la izquierda en Andalucía “en pleno auge del fascismo y la extrema derecha”, aumentar la representación institucional de IU y construir un nuevo país a través del impulso municipalista.
Posteriormente, intervinieron las diferentes coordinadoras y coordinadores de Izquierda Unida en provincias de Andalucía, haciendo un breve análisis de la situación en cada uno de los territorios y planteando los objetivos electorales que se marcaban para las próximas elecciones municipales
Las relaciones con Podemos; rotas.
Si bien se recalcó la libertad de cada una de las asambleas locales para poder pactar con diferentes fuerzas políticas. Las malas relaciones con Podemos en casi todas las provincias, especialmente en Granada, se hizo palpable en los discursos de los dirigentes provinciales.
El partido morado se desmorona, sin apenas estructura ni militancia en los pueblos, y tras los malos resultados en las últimas andaluzas, la estructura orgánica apenas se sostiene por un puñado de liderazgos personales.
Parte de los líderes provinciales dejaron claro que no pactarían con Podemos, fundamentalmente porque no creían que “nuevas marcas” fuesen a dar buenos resultados electorales, y, además, por las pésimas relaciones personales que tenían con los morados en gran parte de los municipios.
Después del debate en clave interna sobre la situación actual y las perspectivas electorales futuras, se realizaron diferentes formaciones en temas de realización de campañas electorales y comunicación política. Así como la presentación del calendario electoral “de importancia clave para poder controlar los tiempos y poder realizar una buena campaña”