José María Martín
Trovador en la Última Frontera
Ser cortes, no quita de ser valiente
No sé si podré plasmar,
en este nuevo romancero,
lo que quiero yo expresar.
Pero lo voy a intentar.
Decir en primer lugar,
que yo respeto a todo el mundo,
independientemente de ideas,
de militancias, o de lo que creas.
Y aunque respete a las personas,
hay ideas, que tengo que confrontar,
impugnar, rebatir sin indulgencia,
combatir, rechazar y refutar.
Más cuando andan con engaños,
mentiras, fraudes y falsedades.
Y habrá que hacer desengaños,
difundir verdades y realidades.
Pues para eso luchamos,
para poder discrepar
y que cualquier opinión,
pudiese participar.
Que el debate sea dispar
y después de confrontar,
una posición tomar,
y para la democracia,
la mayoría, es eficacia.
Y nunca me habrás escuchado,
llamar tonto a quien ha votado,
por opciones que no le encajan,
y que, con su condición, no cuajan.
Tampoco me escucharás,
usar terminologías
sin medida, sin pensar,
sin discurrir ni reflexionar,
No las uso alegremente
basándome en qué se vote,
a nadie tildo de fascista,
ni de dictador botarate,
me parece un disparate.
Pues el fascismo es criminal,
es dictador y mezquino,
es autócrata y ladino,
y hay que pensarse mucho,
a quien llamarle asesino.
Pero sí, hay un partido,
que al fascismo no lo afea,
que lo alaba, lo blanquea
y hasta con él coquetea.
Por lo que sí considero,
y me llama la atención,
que algunos amigos yerran,
equivocando su opción.
Bien porque están cabreados,
por no haberlos escuchado,
y ese fue nuestro pecado,
el haber creído con tesón,
que siempre teníamos razón.
O, quizás se deslumbraron,
por banderas, cacerolas,
con pulseras y aureolas,
sin escuchar su mensaje,
escondido en fumarolas.
O porque hayan caído,
en esas redes del engaño,
que con Trump han compartido,
financiados por el Putin,
al que admira ese partido.
Sea cual sea el motivo,
yo le pido a mis amigos,
que piensen en lo que pasó,
que analicen la causa
y se tomen una pausa.
Vean cuál es su descontento,
no piensen en lo que dicen,
sino que miren qué hacen,
lo que votan unos y otros,
y comparen esos votos.
Siempre por fuentes fiables
y con su espíritu crítico,
que lo analicen, lo hablen,
saquen sus conclusiones
y tendrán buenas razones.
Para saber quién
es el que está de su lado,
y aunque a veces,
haya estado equivocado,
nunca los ha abandonado.
Exijan y no rechacen,
requieran y participen,
estamos abiertos si quieren,
a todo aquel que se implique.
Pues hoy hay gente nueva,
gente capaz, gente buena,
con honradez y desparpajo,
porque merece la pena
y hacen un buen trabajo.
Gente que tiene una historia,
de ciento cuarenta años,
gente que tiene memoria,
que no la pueden tachar,
unos cuantos desengaños.
Pues a los que amamos la Rosa,
es que nos pasa una cosa,
que, aunque nos pinche,
hay un tiempo en que se goza.
E ir siempre con el respeto,
sabiendo qué nos jugamos
y lo que nos trae esta gente,
porque lo de ser cortés,
nunca quitó de ser valiente.