José María Martín
Trovador en la Última Frontera
No estamos tontos, pero lo disimulamos bien
¿Es que estamos tontos,
o es que nos lo hacemos?
La forma en que se berrea,
si hay que ahorrar energía,
la polémica que se crea.
Pero estas cosas suelen pasar,
cuando la bloguera de un perro,
es presidenta de una comunidad,
puede estar como un cencerro,
más seso y menos banalidad.
¿De qué estamos hablando?
Hace quince o veinte años,
no había aire acondicionado.
Y, ¿Por qué tenemos que estar
pasando frio en verano?
En verano hace calor,
eso ya lo sabemos tos,
nos comíamos de palo un polo,
a bañarse en algún estanque,
o la sombra de un acerolo.
Y no es la temperatura,
lo que crea la polémica,
lo que quita la cordura,
ni es la sensación térmica,
sino algunos caraduras.
Es una cuestión académica,
las medidas formuladas
y hasta resulta cómica,
su negación testaruda,
y de pelo, una tomadura.
La sensación de frío o calor,
nos surge por el contraste,
de pasar de un sitio a otro,
donde varía la temperatura.
Además, influye la vestidura.
Si estoy a cuarenta y dos,
y entro donde hay treinta,
y la corbata me quito,
me dará la sensación,
de que hace más fresquito.
De hecho, algunos
al comprobar las facturas,
que de luz les habían venido,
parecía razonable y sensato,
por su cuenta lo hayan subido
y sin que hubiese un decreto.
Y conozco a más de uno,
que seguro lo ha bajado,
tan solo para dar por culo,
porque lo tenía más alto,
no por nada, por agarrado.
A muchos les dará igual,
aire acondicionado no tienen,
haga veinte o veintinueve,
el aire de un ventilador,
es lo único que se mueve.
Pero el caso es hacer ruido,
por quitarse la corbata,
o subir un grado y medio,
vamos a formar follón,
pues no tenemos remedio.
Decidme ¿Cuánto calor hace,
cuando hay una explosión,
en mitad de tu salón?
¿Veinticinco o veintidós?
¿O es que se nos olvidó?
Que todo esto es consecuencia,
de una guerra injusta y brutal
por parte de una gran potencia,
con mucho petróleo y más gas,
que amenaza las democracias.
Y éramos muy solidarios,
pero algunos de boquilla,
pues nos cambian el relato,
cuando tienen que bajar,
grado y medio el termostato.
Hay que ser más consecuentes,
si hay que pasar unos días de calor,
pues los pasamos sudando,
que el cuerpo se nos aclimata
y así el calor no nos mata.
No quiero decir con esto,
que salgamos a la calle,
a hacer ejercicio físico,
a las tres de la tarde,
no vayas a ser borrico.
Pero sí que nos comportemos,
como personas sensatas,
lo que podamos, subamos,
nos quitemos las corbatas,
que así a Europa ayudamos.
Y a ver si nos convencemos,
de que Europa somos todos
y para que nos vaya bien,
tiene que irle bien a otros
no depende solo de nosotros.
Y a todos esos dirigentes,
que del mismo pie cojean,
tengan más responsabilidad
y no nos quieran meter,
las cabras en el corral.
Hay que poner más árboles
y más sombras en las calles,
menos hormigón por tos lados
y menos aires acondicionados.
Pues en ello va el futuro
de nuestros nietos e hijos,
ante esta polémica estéril,
bajo un nogal me cobijo,
al lado de un buen botijo.
Pues ya lo dice el refrán,
se lo dedico a la “pija”,
este tiene buena rima:
“Que al que buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija”.