José María Martín
Trovador en la Última Frontera
El placer de los sentidos
Es un placer que han perdido,
algunos de los políticos,
concretamente un partido,
magullado y lastimado,
de un lado a otro va herido,
arremete sin destreza,
rodando y dando tumbos,
como pollo sin cabeza.
Han perdido
el sentido del tacto.
Ofenden sin despeinarse,
no saben de diplomacia,
y sin pudor ni cautela,
sin mesura ni prudencia,
van clavando las espuelas.
Han perdido
el sentido del gusto,
pues hablan sin sutileza,
sin rigor ni delicadeza,
solo hablan de simplezas.
Parlamentar con grandeza, es
argumentar con destreza
Han perdido
el sentido del oído,
no escuchan a los obreros,
ni tampoco a los patronos,
se oponen a los acuerdos
que ya habían alcanzado
sindicatos y empresarios,
después de haber negociado.
Han perdido
el sentido de la vista,
pues convocan elecciones,
creyendo que barrerían,
y ahora, si la cosa les sale bien,
que habrá que ver los que pasa,
Mañueco ya, hagas lo que hagas,
cambiar a Vox por Ciudadanos,
es cambiar mocos por babas.
Han perdido
el sentido del olfato,
defender las macro-granjas,
allí donde tan solo hay
pequeñas explotaciones,
en campaña, a la mitad,
es de poca perspicacia,
sensatez y sagacidad.
Han perdido
el sentido de la orientación,
no saben dónde está el norte,
ni el sur, ni este, ni oeste,
no atienden al ciudadano,
meten ruido y engañan,
con remolachas, ensañan.
Han perdido
ese sentido común,
que fue tan reivindicado por
el orador, don Eme Punto Rajoy,
con su ingenio y consejos,
tanto a propios, como extraños,
a todos dejaba perplejos.
Han perdido
el gran sentido de estado
que tendrían que tener.
Qué le pasa a este partido,
a su presidente, su líder,
que va fuera con patrañas,
hablando muy mal de España.
Han perdido
el sentido de la responsabilidad.
Realmente es bochornoso,
ver peregrinar por Europa,
a Alcaldes y dirigentes,
sin que le hagan ni caso,
contras los fondos clamar.
Irresponsable es jugar,
con las cosas del yantar.
Han perdido,
el sentido del ridículo,
cuando en el congreso
conspiraron, maquinaron,
para tumbar al gobierno,
y hasta lo hubiesen logrado,
si al votar, uno de los suyos,
no se hubiese equivocado.
Han perdido
el sentido del humor,
esa derecha tenemos,
podría ser más europea,
más cortés e inteligente,
no haber perdido el placer
ni el sentido, ser decente,
aceptar, que otros gobiernan
porque lo quiso la gente.
Pero ya os digo que no,
seguro que se cabrean,
despotrican y berrean,
sus acólitos palmeros,
algún improperio sueltan,
si leen este romancero.