José María Martín
Trovador en la Última Frontera
Ni todos son iguales, ni los iguales son todos.
Estoy harto de escuchar
lo de “todos son iguales”,
que da igual lo que se haga,
que lo del votar, no vale,
pues son todos, una saga.
Y no todos son iguales, no.
Hay quien legisla y trabaja,
y quien, sin ninguna vergüenza,
dan escándalos sin corrección,
y montan en el congreso
pataletas sin educación.
Y si nos fijamos bien,
casi siempre son los mismos,
los que les faltan argumentos,
o los tienen muy endebles,
o estos son inconfesables.
Pero no somos tan tontos,
luego votan lo que votan,
y tienen que tomar parte,
sabiendo por el descarte,
los que tienes de tu parte.
Y para muestra un botón.
Subir el salario mínimo,
las veces que se votó,
los mismos del alboroto,
todas las veces que NO.
Que el comercio sea justo,
que no se pueda vender
debajo del precio-costo,
los que hacen más ruido
también votaron que NO.
La subida de pensiones,
hace poco que ha llegado,
a los abuelos más dinero,
y no pierdan con la inflación.
Pues estos mismos gañanes.
Fueron y dijeron que NO.
Que se anulase la ley
que podía despedir,
sin piedad ni corazón,
a quien se pusiese enfermo.
Igualmente, dicen NO.
El acuerdo que llegaron
sindicatos y empresarios
para el trabajo legislar.
Al Casado y al Abascal,
también les pareció MAL.
Y los del no, no, no, no,
crean dudas y enfollonan,
descorteses, mal hablados,
solo insultan y contaminan,
con mentiras y pamplinas.
Y cuando ya no saben,
ni tienen por dónde tirar,
no se les ocurre otra cosa,
que nombrar la Libertad,
pringando una cosa hermosa.
Sin saber qué significa,
pues no la necesitaban,
ni un solo dedo movieron,
cuando a todos nos faltaba.
Y libertad estos se piensan,
con su típica simpleza,
es que tú puedas tomarte
en pandemia una cerveza.
Y allí donde gobiernan,
desmontan la sanidad,
y legislan sin remilgos,
to el suelo desregular.
Negocios pa sus amigos
Dicen que bajan impuestos.
Pero cuando gobernaron,
van y nos subieron el iva,
porque con ellos no iba.
Lo que sí iba con ellos,
es bajarle a las herencias,
gordas, más de un millón,
para que los ricos, ricos,
tengan para el cotillón.
Y si los que gobiernan,
haciendo bien su trabajo,
consiguen fondos de Europa,
dándoles igual lo que suceda,
ponen palos en las ruedas.
Empecemos a distinguir,
¡que no todos son iguales!
lo que hacen, unos y otros,
de parte de quién están,
y pa qué quieren los votos.
Los que dependen de un sueldo,
de un salario, una pensión
o tengan un pequeño negocio,
una pequeña explotación,
agrícola o ganadera,
que piensen qué les conviene.
No dejen que los arranquen,
agitando una bandera.
Que valoren el trabajo,
y usen bien la mollera.
Menos patriotería rastrera,
y más patria verdadera.
La que por sus hijos vela.
No la que tiene el dinero
en paraísos de afuera.
Y ya hablaré otro día,
de tanto tonto útil que hay,
que defienden intereses
que no son los de su gente,
de manera tan vehemente.
Pues lo dicen los refranes.
Cuida bien lo que haces,
y no te fíes de rapaces.
Cuida donde tiendes los paños,
y no te llevarás engaños.