El legionario apuñaló en el cuello a Ana María, de 38 años, semanas después de que ella pusiera fin a la relación sentimental
Juzgados de Granada
El militar ha sido condenado a 22 años de cárcel por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y de género por matar a Ana María apuñalándola en el cuello. La víctima tenía una hija menor de edad a la que el asesino deberá indemnizar con 600.000 euros. También deberá indemnizar al padre de la víctima con 100.000 euros. El asesino no podrá acercarse a menos de 500 metros ni contactar con la familia de la víctima por ningún medio por un período de 25 años.
Según declaró ante el juez, asesinó a Ana María porque ella intentó agredirle con un cuchillo y “como legionario mi mejor defensa era luchar, no salir huyendo, no soy un cobarde”. El jurado no creyó esta versión ya que no tenía ninguna lesión producida por un hipotético forcejeo con la víctima.
El legionario no aceptó que Ana María rompiese la relación entre ambos e intentó en varias ocasiones contactar con ella, aunque la víctima no quería tener ningún contacto con él, como se demuestra al haberlo bloqueado en el móvil. El asesino acudió en varias ocasiones a la vivienda de la víctima, pero esta no le abrió la puerta. El fatídico día consiguió colarse en el bloque de pisos aprovechando que unos vecinos salían. Una vez llegó a la puerta de la víctima la convenció para que le abriese, una vez dentro comenzaron una discusión porque él quería retomar la relación y ella no, durante la discusión el asesino le cogió el teléfono y al comprobar que Ana María hablaba con otros hombres montó en cólera, agrediendo y asesinando a Ana María.