La mujer fue encontrada muerta en la primera planta de la panadería que regentaban.
Una de las trabajadoras de la panadería que regentaba el matrimonio fue la que dio la voz de alarma esta mañana, al encontrarse los cuerpos de la pareja. Cuando la Guardia Civil llegó al establecimiento se encontró a Mónica, de 50 años, tendida en un charco de sangre y con heridas de arma blanca y a su marido, de 48 años, muerto por un disparo en la cabeza.
Aunque no había denuncias previas por violencia de género, todos los indicios apuntan hacia un asesinato machista. Los vecinos de esta pequeña pedanía de Algarinejo no se explican cómo ha podido suceder este crimen. Tanto la víctima como su marido eran muy conocidos en el pueblo por el negocio que tenían.