Sergio Piñar Guerrero
Estudiante de Ciencias Políticas
Alquilar en 2022
En algún que otro artículo he mencionado la elevada edad de emancipación existente en nuestro país y los factores que provocan que esto sea así: precariedad laboral, la temporalidad, el aumento en los años de formación y educación, la incertidumbre del contexto social, político y económico actual, entre otros. Pero uno que actualmente afecta gravemente a la hora de arrendar una vivienda es la subida del precio del alquiler, algo que se está dando en prácticamente todas las ciudades españolas.
Respecto al año pasado, en el mes de junio los precios del alquiler crecieron un 4.6% de media a nivel nacional. Madrid supera esa media con una subida del 7.9%, mientras que en Barcelona casi se cuatriplica esta cifra. En Andalucía en el mes de julio la subida con respecto al año pasado es del 6.6%; las capitales de provincia que lideran esta subida son Almería y Málaga donde el precio de alquilar una vivienda ha aumentado un 13.3%. En la capital andaluza este de dato es del 5.3%.
Ya en nuestra provincia, la subida ha sido menos pronunciada, un 2.4%. Pero quiénes sí lo han notado en mayor medida han sido los estudiantes, mientras que en los últimos años el precio de alquilar un piso de estudiantes en Granada rondaba los 600 euros, este año es casi imposible encontrarlos por menos de 650 euros. En un contexto socioeconómico tan complicado como el actual los caseros y sobre todo los grandes propietarios han aprovechado la situación para aumentar sus ingresos amparándose en la inflación y la guerra de Ucrania.
Es cierto que para compensar este aumento del gasto por parte de los inquilinos jóvenes se ha puesto en marcha el bono del alquiler joven, una medida que beneficiará a aquellos jóvenes trabajadores con menor salario; a pesar de que en Andalucía, a diferencia de otras comunidades autónomas, todavía no se puede solicitar. Pero la experiencia de estos meses con los precios disparados nos dice que las medidas más efectivas para el control de precios es limitarlos; así lo hemos comprobado con el tope al gas que ha hecho que el precio por KW/h sea 200 o 300 euros más barato en España y Portugal que en otros países europeos y también lo han comprobado quienes han decidido renovar un contrato de alquiler en estos últimos meses ya que se ha limitado la subida al 2%.
Por tanto, ese dogma económico elaborado por Smith y defendido por la derecha política y mediática de que “el mercado se regula solo” no es cierto y mucho menos en tiempos de crisis e incertidumbre. Esto ha sido usado para que los más beneficiados por el sistema sigan siendo los más beneficiados. O el Estado interviene o el mercado se regulará en favor de sí mismo. Así es como están sacando tajada de las dificultades de la mayoría las grandes corporaciones eléctricas, los bancos y los grandes propietarios de viviendas.
Toda la sociedad está notando en su bolsillo las consecuencias de la guerra, pero a quienes tienen que alquilar una vivienda, una gran proporción de ellos son jóvenes y estudiantes, se les suma un factor importante.