En el año 2018 se proyectó la construcción de 3 macrogranjas en la localidad jameneña. Gracias a la movilización de vecinos, ganaderos y ecologistas se pudo detener su construcción
Nos hacemos eco de la información publicada en el diario Público por el periodista Jose A. Cano.
Varios años antes de que la polémica de las macrogranjas inundase horas de televisión y tertulias radiofónicas se proyectó la construcción de 3 macrogranjas en Alhama, donde se engordarían 20.000 cerdos al año.
La misma empresa que poseía otras granjas de este tipo en la provincia de Granada era la que quería expandirse a este municipio. El diario Público habló de este tema con la ex concejala de IU Ámala Fernández, quien explicó que “concejales de otros pueblos les habían contado en qué se convertían sus pueblos con este tipo de explotaciones ganaderas; purines, malos olores y destrucción de la ganadería tradicional era lo que traía aparejado estas explotaciones. Iban a convertir a Alhama en un estercolero”.
La principal defensa de los grupos políticos a las macrogranjas era la creación de puestos de trabajo, algo que Ámala afirmaba en Público que “no se sostenía, sabíamos como funcionaban y si acaso contrataban a una o dos personas, ya que solo hay que darle a un botón para cebar a los animales. Además, las instalaciones proyectadas eran solo cebaderos, ni se construirá matadero, ni se traerían empresas de piensos ni nada”.
La información a vecinos y ganaderos de la zona de los riegos de esta explotaciones vino de la mano Ecologistas en Acción, informa Público. Esta asociación ecologista lleva años luchando contra las macrogranjas en la zona norte de Granada. Gracias a las alegaciones de Ecologistas en Acción pudieron paralizar el trámite administrativo que autorizaba la construcción de las explotaciones.
Los puntos principales de esta paralización en Alhama, según Público, fue el uso de agua y la balsa de purines. La empresa no especificaba el consumo de agua total de las granjas, ni tampoco de dónde iba a proceder esta agua, lo que preocupó gravemente y puso en alerta a los agricultores de la zona, ya que podían resultar perjudicados al perder capacidad de riego de sus fincas.
Según el testimonio de Ecologistas en Acción que recoge Público, el caso del municipio granadino de Castilléjar es muy ilustrativo de que el paraguas de la creación de empleo, bajo el cual se autorizan estas explotaciones ganaderas, es falso, ni fijan población ni crean empleo: En 2006 cuando comienza a funcionar una explotación de este tipo en Castilléjar, el pueblo tenía 1619 habitantes y un 7,25% de paro, hoy 16 años después, tiene una población de 1288 personas y un nivel de paro del 16,44%