Juanjo Matas
Politólogo.
Mientras el gobierno de Moreno Bonilla despide a 8000 sanitarios, la Generalitat de Cataluña contrata a 600 enfermeras andaluzas. Otra vez nos toca hacer la maleta.
Escultura de Bruno Catalano que simboliza el vacío que sienten las personas que tienen que emigrar fuera de su tierra.
Gracias al periódico catalán La Vanguardia, conocíamos que los hospitales catalanes han fichado a 600 enfermeras andaluzas. Esto ocurre tras los despidos de 8.000 médicas y enfermeras por parte del gobierno de Moreno Bonilla. Según La Vanguardia, los despidos de la Junta provocaron «una oleada de profesionales. Enfermeras muy jóvenes, de 24 o 25 años, con el título recién sacado». Informaba el diario catalán.
Estos hospitales les están ofreciendo contratos de 2 años, no de meses, como hace el Servicio Andaluz de Salud, por lo que ante estabilidad o precariedad eligen la estabilidad que les proporciona la administración catalana. Los principales hospitales de destino han sido Vall d´Hebron, y el Mar, así como centros sanitarios de Lleida, Girona, Tortosa y Tarragona.
Estas profesionales han sido formadas en universidades públicas andaluzas, es decir, hemos invertido millones de euros de nuestros impuestos en su formación. Ahora, el Servicio Andaluz de Salud, les de la espalda y tienen que emigrar a Cataluña. Estoy seguro que ,gran parte de ellas, preferirían quedarse en su tierra, con sus familiares parejas y amigos, pero ante la patada que le ha dado el gobierno de Moreno Bonilla, es lógico que busquen oportunidades para poder desarrollar su profesión y proyecto de vida.
Los andaluces parece que estamos condenados a repetir la misma historia una y otra vez. Al igual que pasó hace 60 años, tenemos que volver a hacer las maletas y poner rumbo a Cataluña para poder tener unas oportunidades laborales que nos son negadas en nuestra tierra. Las maletas ya no son de cartón, pero el vacío por tener que irnos de nuestra tierra, estoy seguro, es el mismo.